Después de un camino lleno de estrellas, Olivier Samson no se limita a hacer una cocina de moda, sino una cocina personal, que se asemeja a una paleta de colores alegres y brillantes; nada le gusta más que un poco de ácido, algo de amargo, y mucho mar... Maridando con temeridad y exigencia excelentes productos con amplios perfumes, exhibiendo el pescado y marisco de las costas bretonas, el chef ofrece una cocina personal, sencilla y sin artificios. Y no le hace falta más.