En complicidad con su hermana pequeña Hoëdic, Houat marca su independencia distanciándose del continente al que estaba unida originalmente. A 14 kilómetros de las costas de Quiberon, es necesario navegar para llegar a este islote que alberga a 250 habitantes durante todo el año, y aún menos árboles. Aquí, las piedras, los páramos, el viento y el mar reinan y dialogan constantemente, a veces discutiendo para después reconciliarse. Será testigo de fragmentos de sus conversaciones mientras pasea por la costa y las playas: sepa solo que hay que permanecer atento para captar los matices y secretos. Una sensación de fin del mundo flota en el ambiente…