Con 2,5 km de largo y tan solo 1km de ancho, la isla de Hoëdic parece demasiado frágil en mitad del océano Atlántico. Pero esta pequeña gota de tierra entre las olas hace más que sobrevivir: expresa su personalidad en armonía con los elementos: a veces suave y frágil, con sus playas de fina arena y aguas de color turquesa, y a veces fuerte e impetuosa, con sus rocas y fortificaciones. Es, por cierto, entre los muros del fuerte construido en el siglo XIX y que alberga hoy una casa rural, donde podrá descansar durante su estancia aventurera. Cobijada entre las dunas, esta propiedad del Conservatoire du Littoral le permitirá también descubrir el patrimonio excepcional de la Isla de Hoëdic. Aquí y allá encontramos construcciones históricas que dan total libertad a la vegetación.