MORBIHANÉS PARA UN DÍA, O PARA SIEMPRE

Estuve allí a los diez años, visitando Belle-Île-en-Mer. Me gusta sobre todo el lado natural de Morbihan y me llama mucho la atención su dinamismo. ¡Hay tanto que ver y que hacer! Me encanta la cocina tradicional bretona: las galettes, los crêpes, el kouign amann, el pescado, el marisco…

Un día vi una foto de Auray, concretamente del puerto de Saint Goustan. La imagen se me quedó grabada en la memoria y supe que tenía que venir a la Bretaña sí o sí. Siempre me ha gustado viajar y descubrir nuevos horizontes. Acabo de cruzar toda Francia en bicicleta, desde Saboya, por el Loira, y es precioso, pero aquí... ¡el puerto de la Trinité-sur-Mer es sublime! Anoche dormí en la punta de Kerpenhir y fue increíble. Ahora voy a seguir hacia Carnac, Quiberon y la ría de Etel; después me dirigiré a Le Saint (cerca de Le Faouët) para visitar a un amigo y, a continuación, hacia el monte Saint-Michel y de vuelta a Val Thorens.

Cuando era niño, mi marido pasó unas vacaciones familiares en un camping en Carnac (camping de l'Océan). Nunca había vuelto a venir desde entonces, así que se trata de una especie de peregrinación a su infancia. Para mí, en cambio, es todo un descubrimiento. Nunca había estado en Morbihan y es todavía más bonito de lo que ya me imaginaba…

¡Nos hemos bañado y ha estado muy bien! Hemos visitado la Costa Salvaje de Quiberon, Saint Goustan, Carnac, el golfo de Morbihan… ¡Es mágico, maravilloso! Pero no hemos tenido tiempo de hacer todo lo que nos hubiera gustado. Una cosa está clara, y es que volveremos en junio o en septiembre, ya que nos ha encantado.